¿Qué significa Pentecostés? ¿En qué consiste esta fiesta litúrgica? ¿Cuándo se celebra? Ahora te lo contamos.
Viene del griego Pentekoste que significa quincuagésimo. Es decir los 50 días después de la Pascua Judía. Ese día se celebraba la Fiesta de la ley, cuando Moisés recibió los 10 mandamientos en el monte Sinaí. Coincide cuando se presentó el Espíritu Santo en el cenáculo como un viento impetuoso y se posó en forma de lenguas de fuego. En ese día Jesús prometió a sus discípulos que les enviaría al Paráclito (La palabra griega traducida «Consolador» o «Consejero»). La nueva ley en la Nueva Alianza se convierte en el Espíritu Santo. Vive en nosotros. Nos enseña qué es lo bueno y lo malo. Y nos concede obrar rectamente. Les concede a los apóstoles hablar en lenguas. Todo lo contrario que ocurrió en la Torre de Babel.
Decenario al Espíritu Santo
Para preparar esta fiesta contamos con una devoción llamada Decenario al Espíritu Santo. Es una antigua costumbre con la que la Iglesia anima a sus fieles a preparar del mejor modo posible la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Comienza 10 días antes de la fiesta, es decir, el día de la Ascensión. Antes se celebraba el jueves. Por eso el dicho: “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”.
Pedir al Espíritu Santo sus dones y que nos conceda sus frutos:
Los siete dones del Espíritu Santo son:
Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo. Leer y pedir luces.
Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios. Pensar e invocar al Espíritu Santo.
Don de Fortaleza, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural. Pedir ser constantes en nuestras obligaciones. Pedir gracia ante los retos.
Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios. Contemplativos en medio del Mundo.
Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas. Pedir ser almas piadosas y vivir la filiación divina.
Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina. Estudiar y pedir luces.
Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina. Confiar en Él y dejarse ayudar.
Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forman en nosotros el Espíritu Santo como adelanto del Cielo. La tradición de la Iglesia enumera doce:
Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.
Algunas oraciones vocales que pueden ayudar:
Oración al Espíritu Santo de San Josemaría
¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad... He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después..., mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte. ¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras...
Cardenal Verdier al Espíritu Santo,
Amor del Padre y del Hijo. Inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirte, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación, Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto para empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.
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