Nicolás nació en Patara en la región de Licia, en la península Anatolia, en lo que hoy llamamos Turquía, en el año 270 después de Cristo.
Siempre tuvo mucha devoción a Jesucristo y poco a poco sus sentimientos y acciones fueron pareciéndose a los del Hijo de Dios hecho hombre. Sus padres eran muy ricos y además muy generosos. Y le enseñaron a compartir lo que tenía. Y así lo hacía. Todo lo que le daban lo entregaba a los demás. Cuando murieron sus padres repartió toda su fortuna entre los pobres. Con el tiempo decidió viajar a Tierra Santa para conocer mejor los sitios donde vivió el Salvador.
A su vuelta viajó a Myra. Al llegar a esa ciudad varios sacerdotes discutían sobre quién sería el futuro obispo, pues el anterior había fallecido. Al no ponerse de acuerdo, decidieron que el próximo que entrase en la iglesia fuera nombrado obispo. Da la casualidad que el que entraba en ese momento era Nicolás. Por este motivo fue nombrado obispo de la ciudad y en Oriente lo llaman Nicolás de Mira.
Son muchas las cosas buenas que se cuentan de él. Sobre todo muestras de su gran generosidad.
Por ejemplo, un padre de familia se arruinó. Para conseguir la dote, que hacía falta para casar a una mujer en esa época, se vio obligado a prostiruir a sus tres hijas. Para evitar esto, Nicolás subió al tejado de la casa de este padre varias noches y lanzó monedas de oro por la chimenea. Las monedas cayeron en varios calcetines de lana que las hijas habían dejado secando, colgados junto al fuego. Durante varios días al amanecer encontraban el dinero en dichos calcetines, hasta que completaron la dote. De ahí viene la costumbre de colgar los calcetines en Navidad para recibir los regalos.
También destacan sus muchos y variados milagros. Se le atribuye el haber resucitado a tres niños que habían fallecido al caer de un árbol.
Se cuenta que una vez salvó la vida de tres generales condenados a muerte injustamente, cuando apareció y mandó que se les salvara. Por este motivo es considerado defensor de los débiles.
También se cuenta que hallándose un grupo de marineros en medio de una tempestad y habiendo invocado la protección de Nicolás, apareció éste milagrosamente y paró la tormenta. Desde entonces fue proclamado patrón y protector de los navegantes.
Se le atribuyen muchos milagros más, en especial en los que le piden ayuda ante la necesidad económica.
Murió el 6 de diciembre del año 343 en Myra (Turquía), pero sus restos descansan en la ciudad italiana de Bari. Porque un grupo de cristianos los llevaron allí años después, cuando los turcos conquistaron Anatolia (lo que ahora llamamos Turquía). Hoy en día sigue enterrado allí. Por este motivo en Occidente le llaman Nicolás de Bari.
Como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus. Esta historia llegó a USA y en seguida fue cambiando hasta convertirse en el personaje que todos conocemos como Papá Noel. La barba blanca la mantuvo. Pero la mitra de obispo cambió por su gorro. La casulla por su abrigo característico. El báculo lo perdió. Y su apariencia de persona generosa repartiendo todo lo que tenía se transformó en su trineo con juguetes tirado por un reno. Aún así mucha gente le sigue rezando a San Nicolás para que interceda ante sus necesidades económicas.
Comentarios
Publicar un comentario